Nacido en la ciudad de Madrid, un 23 de Marzo de 1963, este madrileño de pura cepa, nació con biberón blanco y sonajero a ritmo de chotis. Entró en las categorías inferiores del cuadro merengue en 1976, con 13 años y se marchó del club con 33, en 1996, veinte años en el club de Concha Espina, toda una institución madridista. Miembro de la «quinta del Buitre», ha ganado todo con el club de sus amores (menos la Copa de Europa) siendo uno de los grandes de la historia del madridismo y de España. Conoce como nadie la idiosincrasia del Real, ha vivido en sus carnes las grandes remontadas europeas del Bernabéu y tiene ese halo de futbolista del Real Madrid, que siente y sabe que van a ganar sí o sí. Ese es por encima, para los madridistas, José Miguel González Martín del Campo, Míchel.
Hablar del Michel futbolista, no tiene sentido porque no descubrimos nada, ya que hablamos de uno de los mejores jugadores de la historia de este deporte, emblema madridista y estandarte de la selección española. Pero me gustaría destacar algo distinto de este genio del balón, querría destacar su personalidad. Discutido muchas veces por su carácter indómito, tildado de díscolo en otras, provocador en varias ocasiones, pero sobre todo sentimental (siente a su Real Madrid como sólo un canterano puede sentir) y siempre es de los que da la cara, si hay que hablar claramente, sin pelos en la lengua. ¿Por qué destacar esto, cuándo Míchel ha sido un «crack» con la pelota en los pies? Porque creemos que sería el entrenador ideal para el Madrid, quien debe suceder a Carlo Ancelotti y devolver el sello genuino de toda la vida, a la entidad blanca.
Evidentemente, no nos basamos exclusivamente en que sea ex jugador blanco, que le corra por las venas el sentimiento, que tenga un carácter ganador e inconformista o que sea un gran entendido del fútbol. También valoramos su currículum como entrenador de varios equipos, todos ellos de entidad menor al club merengue, a los cuales ha sabido elevar su categoría y practicar un fútbol vistoso que agrada al espectador. En 2005 dio comienzo su andadura como técnico, el Rayo Vallecano, por aquel entonces en Segunda B, le dio la alternativa y él consiguió el objetivo del ascenso a Segunda A. Tras una convulsa etapa de regreso a las categorías inferiores del Real Madrid, vuelve en 2009 a dirigir a otro equipo humilde de la capital, el emergente Getafe, salvando al equipo del descenso. La siguiente campaña, logra clasificar al equipo, para la Europa League, logrando el sexto puesto en liga, siendo estos, los mejores resultados de la historia de este modesto club. En 2012, le ofrecen el banquillo de uno de los históricos del fútbol español, el Sevilla FC, desafortunadamente para Míchel, sufre dos temporadas duras. Sobre todo porque el Sevilla ha pasado de ser una entidad compradora, a una vendedora, para poder liquidar deudas, como la mayoría de clubes en España. Ya en 2013, se hace cargo de la plantilla del Olympiacos griego, uno de los grandes del país, concluyendo ese curso con el título de Liga y Copa griega y cerrando la crisis del conjunto heleno. La temporada 2013/2014, ha sido sin duda la de su consagración europea como entrenador, cierto es que en Grecia el Olympiacos es un gigante (repitió campeonato liguero griego) pero el salto cualitativo lo da en la Champions League, donde cae eliminado ante el todopoderoso Manchester United, por un global de 3 a 2 y dando una imagen excelente, ya que para muchos, merecieron pasar esa eliminatoria. Míchel propone un estilo de juego basado en el ataque a través del dominio del balón, le gusta mirar la portería contraria y encararla, demostrando tener un gusto exquisito por el buen fútbol. El Martes pasado ya le dio un disgusto al súper Atlético de Madrid, venciéndoles en Giorgios Karaiskakis 3-2, y veremos hasta donde llega el Olympiacos de Míchel este año. ¿Qué podría hacer dirigiendo al Real Madrid? Aquí queda nuestra opinión y el año que viene todo se verá.
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