No descubro nada dedicándole estas palabras de innegable admiración, él se califica sólo en un terreno de juego, se las dedico porque «Ney» es uno de los elegidos del firmamento futbolístico, de los que están tocados con la barita de los dioses para darle patadas a un balón, de los que los que amamos este deporte, debemos proteger y preservar para que siga dándonos alegrías con el arte de jugar como un semidiós al deporte rey.
Lo que sucedió ayer en los cuartos de final entre Brasil y Colombia, fue sencillamente una canallada, creo que muchos futboleros nos sentimos tristes y engañados, porque es una manera de robarnos el mundial. ¿Qué pretendía el colombiano Zuñiga con esa entrada salvaje y sin sentido? ¿Privarnos del que podría haber sido MVP del mundial y/o máximo artillero? La realidad es que nos ha robado a Neymar, ha dejado a la anfitriona huérfana de su mayor estrella desvirtuando las semifinales y al resto de la humanidad nos ha hurtado una dosis de felicidad.
Les pondré un simil para que me entiendan mejor, Diego Maradona, el jugador más grande que ha visto este planeta, fue autor de las mejores jugadas jamás vistas en el inmortal mundial de México 86; si algún defensa contrario lo hubiera lesionado como ha pasado con «Ney» en este mundial, no tendríamos en la hemeroteca el mejor gol de todos los tiempos regateando a medio equipo inglés o sorteando belgas, como si fueran conos, en aquella famosa semifinal Argentina vs Bélgica. En resumidas cuentas, nos habrían robado las imagenes más hermosas que se han visto en un mundial de fútbol.
Desde aquí me gustaría reclamar que se deje de maltratar a Neymar, que se olviden esas campañas malévolas que lo tíldan de «piscinero» o tramposo. Que dejen jugar y disfrutar al muchacho, porque es lo que quiere y sabe hacer. Que nos dejemos de envidias, de detalles poco éticos y aboguemos porque uno de los mayores activos del planeta fútbol, nos siga aportando a nuestras vidas chutes de felicidad. Saludos!
Totalmente de acuerdo!!